"Tu espacio para el crecimiento y la plena conciencia. Juntos en la búsqueda del sentido" CENTRO DE PSICOLOGÍA EN MÁLAGA Y MARBELLA
En ella se tratan cuestiones como “¿qué recuerdas de tu primer beso?”, “¿alguna vez te has sentido solo?” o “¿te has sentido alguna vez traicionado por un amigo?” Estas preguntas tienen como objetivo conservar los recuerdos y experiencias de aquellas personas que no tienen demasiado tiempo para mantener un diario.
Mientras McQueen, autor de The New Rules of Engagement y Winning the Battle for Relevance, investigaba para desarrollar su proyecto, dio con las cinco preguntas que con más frecuencia nos lamentamos de no haber preguntado a nuestros progenitores, una situación con la que él australiano también se identificaba. Estos son aquellos temas de los que no nos atrevemos a hablar con nuestros padres y que nos ayudan a conocerlos de verdad.
Aunque el mayor aprendizaje se obtiene cuando nos enfrentamos a nuestros errores, McQueen considera que conocer los grandes fracasos de nuestros padres nos ayuda a no repetirlos. ¿Por qué no hacemos esta pregunta? Probablemente se deba a que nuestros padres, como modelos de autoridad que son, no suelen transmitir sus debilidades y dudas a sus hijos, especialmente cuando son pequeños. Pero no hay ninguna razón por la que, una vez somos adultos, no puedan compartir con nosotros sus preocupaciones.¿Qué mejor momento que este para intercambiar impresiones familiares? (Jack Hollingsworth/Corbis)
Solemos olvidar, sobre todo cuando somos pequeños, que nuestros padres también fueron bebés, niños, adolescentes… Y que, como nosotros mismos, tenían sus propias expectativas sobre lo que la vida les iba a deparar. Esta pregunta es quizá la mejor forma de adivinar los verdaderos deseos de nuestros padres antes de que la realidad se impusiese. Por eso, McQueen propone realizar una segunda pregunta: ¿fuiste tú quien cambió, o fue la situación la que impidió que las cosas siguiesen dicho curso? Cuidado: es una de esas duras cuestiones en las que es muy difícil ser completamente sincero…
“Te da ideas sobre lo que podrías hacer para coger y continuar su legado”, explica McQueen. En otras palabras, esta pregunta nos sirve para entender cuáles deberían ser nuestras prioridades en el futuro. “Así puedes saber cuáles eran sus valores y qué era lo que les apasionaba”. ¿Qué mejor forma de homenajear a un padre que continuar con el trabajo que él mismo empezó?
Raramente nos imaginamos a nuestros padres o abuelos de adolescentes
Al igual que ocurría con los errores o incertidumbres de nuestros mayores, estos son muy poco proclives a contar aquellas historias de su juventud que desvelan que ellos también se rebelaron contra la autoridad familiar, social o política. Por eso puede ser una pregunta muy pertinente. “Pocas veces nos imaginamos a nuestros padres o abuelos de pequeños, así que es agradable imaginarlos como un adolescente”, explica McQueen.
Hay un momento en la vida de toda persona en el que descubre que el primer novio de mamá no fue papá y que la primera novia de papá no fue mamá. Vale, no tiene por qué ser así en todos los casos, pero es lo más habitual. Por eso preguntar por el primer beso –tampoco queremos saber detalles de otra índole, aunque eso corre a cuenta y riesgo de cada cual– nos ayuda a entender la otra vida que tuvieron nuestros padres antes de serlo.